Es tarde. En un bar a punto de cerrar, el dueño y un amigo se toman la última cuando un migrante aparece suplicando cargar el móvil para poder proseguir su viaje.
Los de ‘aquí’ sólo quieren ayudarle, porque un favor se le hace a cualquiera. El problema es que no se le entendía. Si no, allí no pasa nada.
Exagerando un poco, la "cruda realidad", contada de una manera divertida, pero que si no te quedas en lo superficial, te deja mucho que pensar. Merece la pena.