Cada vez más pasajeros "asquerosamente adinerados" están desembolsando enormes sumas de dinero para viajar a bordo de cohetes privados y experimentar unos minutos de ingravidez. Son ya varias decenas de ricos sin conciencia los que han gastado decenas de millones para permanecer en el espacio durante días.
Con su insultante y decadente mentalidad desde allí arriba hacen declaraciones provocativas del estilo de "desde aquí, parece un mundo perfecto". Lo triste es que cuando bajan, como también viven en su urna de cristal, no verán, no se enterarán o no querrán enterarse como viven decenas de millones de humanos cuya máxima aspiración es comer ese día. Pero eso, se la sudan.