Quién iba a decir hace 40 años que a los inventores del termino les iban a pintar su sede con el mismo adjetivo y por la misma consideración.
Es decir, quienes acusaban a otros de traidores y vendidos al enemigo, son ahora calificados así por sus antiguos compañeros de partido.
Es lo que tiene cambiarse de lado de la barricada
y asumir la política socialdemócrata.
Sus antiguos colegas "pseudo-super-revolucionarios"
no les entienden la evolución.