Hoy he estado en La Casilla y ha sido estupendo el ambiente y el resultado. Y una vez terminado, salir del recinto y llegar a casa andando unos, en transporte público, metro o tren otros, o en coche particular aparcado en las inmediaciones resulta sencillo y agradable.
Pero el futuro no parece que vaya por la misma linea. El Palacio de Deportes que se plantea construir en un barrio en uno de los extremos de Bilbao, sin metro y sin grandes aparcamientos previstos en su entorno, se retrasa, al menos un año, tras haberse encontrado lindane en las excavaciones.
El susodicho palacio tiene toda la pinta de haber sido, en palabras de J. C. Romo, mal preñado, mal ideado, mal configurado, mal pensado, mal meditado, mal preconcebido, mal cavilado, mal madurado, mal rumiado, mal estudiado y mal reflexionado. El problema de todos esos males es que por un lado, la carestia o sobrecosto lo pagaremos a escote, algo a lo que solo los tontos se defienden diciendo "que a escote nada es caro", y por otro lado, el Club y los aficionados seguiremos un año más, al menos, recogidos, o encogidos, en La Casilla. He hablado con bastante gente y no conozco a nadie que no viva en dicho barrio y que el proyecto le parezca bien.
Ahora, que durante estos últimos días estamos recibiendo un empacho de información sobre esta nueva instalación deportiva, no faltan voces que reclaman una comisión para decidir el futuro del Palacio de Deportes de la capital vizcaína. No se si tiene que ser una comisión o qué, pero si creo que el lindane podría ser una bonita excusa para replantrearse el proyecto.
Además, todos sabemos que rectificar es de sabios.