Futbolistas de diferentes clubes vascos han firmado un escrito en el que aseguran que no jugarán con el combinado vasco en el tradicional encuentro navideño que este año les enfrenta con la selección de Irán. La Federación vasca de Fútbol dio a conocer la semana pasada que la selección vasca volvería a la denominación histórica "Euskadi", tras la modificación de 2007 a Euskal Herria, a petición de los jugadores.
No hay que ser muy listo ni muy seguidor de estos grandes vividores para darse cuenta de que la iniciativa no ha partido de ellos. De que "algunos", tal vez los mismos que el año pasado, les han sugerido tan radical postura.
Solo en un país desestructurado en lo fundamental, a pesar de las décadas de democracia, con mafias, en este caso deportivas, campeando y amenazando con total impunidad, con una administración, en este caso también deportiva, que ha hecho dejación de sus obligaciones y que "por la paz una ave maria" ha permitido y claudicado ante radicales dejándoles actuar a su antojo, con unos profesionales totalmente mimados y sobrevalorados como motivo de una incorrecta interpretación de unas costumbres deportivas subjetivas y cuestionables, pueden concurrir semejantes actuaciones.
Ni que decir que fuera del País se están "partiendo el culo" de risa ante semejante esperpento y que con estas trifulcas estamos recordando a los palestinos en la película de "La vida de Brian".
En cualquier caso, si la situación es ridícula, ceder ante los chantajistas sería el colmo de la estupidez y de la desvergüenza. Y aunque a veces de ganas de mandarlo todo a la mierda es el momento de poner a cada uno en su sitio y de demostrar quien manda. Sin duda así será, pero igual nos llevamos una sorpresa.