La suspensión del partido de la selección contra Irán constituye un gran fracaso para este pequeño pueblo y refleja nuestra incapacidad o nuestro plus de dificultad para trabajar y lograr consensos internos, aunque cara al exterior aparentemos una unidad y una solidez que realmente no existen.
Del reproche social no deberían librarse ninguna de las partes. Tampoco quienes desde la responsabilidad institucional no han ejercido la autoridad y el liderazgo que se les supone.
Un ejemplo claro de dejación política, un campo donde se les ha dado cuerda a la izquierda radical del país y estos han aprovechado para hacer lo que saben: A falta de otros espacios donde actuar, han mordido la mano y el brazo donde han podido.
¡Espero que al menos sirva para que algunos" incautos" e "incautas" espabilen de una puta vez!