en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

miércoles, 11 de julio de 2012

08-Huida al norte

Cada día laborable
un capítulo (8/35)

A Julen cada vez le costaba más comenzar la semana. Los lunes eran teóricamente unos días tranquilos. Sólo tenía un par de clases y una reunión con el orientador del centro y el resto de tutores de segundo. Pero ese lunes, a las doce, la hora del recreo, Julen había quedado con la madre de Unai para informarle del expediente que se le había abierto a su hijo y que el inspector ya había aprobado. Aunque la mujer estaba de muy buen ver, todo lo relacionado con Unai le resultaba desagradable. Unai estaba siendo un auténtico grano que le hacía menos agradable aún la vuelta al instituto cada lunes, después de los tranquilos y placenteros fines de semana dedicados al cine, a los libros y a los amigos. A Julen le quedaban muy poquitas energías. Deseaba la llegada de su jubilación, aunque los tiempos de crisis auguraban que ésta no llegaría hasta pasados los sesenta. Todavía restaba demasiado tiempo.

         Las horas de clase pasaron ágiles mientras hablaba con sus alumnos del maltrecho imperio español del siglo XVII. Afortunadamente siempre encontraba algún chaval que se interesaba por las andanzas de los últimos austrias y sus secuaces, por el empobrecimiento progresivo de España en aquellos años y por los extraordinarios artistas que  ayudaron a adornar una época desastrosa de nuestra historia.

         Al llegar las doce Julen se dirigió a la secretaría del centro, donde se había citado con la madre de su alumno. Era la tercera vez que se encontraban ese curso, y siempre se repetía el mismo guión. Esa vez tampoco presentía Julen que se iba a encontrar sorpresa alguna. El recurso presentado ante la Inspección fue desestimado y Unai iba a ser expulsado del centro durante una semana.  Encontró a la mujer  sentada en uno de los bancos del hall, frente a la puerta de secretaría. Llevaba una alegre falda de colores vivos, una ajustada camiseta blanca que ponía de manifiesto las horas que pasaba en el gimnasio y una chaqueta vaquera corta. El pelo ondulado y largo, caía despreocupado hasta la mitad de la espalda. Llevaba unos zapatos ligeros con bastante tacón.