El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

martes, 17 de julio de 2012

12-Huida al norte

Cada día laborable
un capítulo (12/35)

    El segundo día de excesos se hizo sentir. El viernes Pedro se despertó resacoso tras la cena de la víspera. Y el sábado amaneció pesado tras la ingesta de cervezas del día anterior. Eran las nueve de la mañana de un sábado nublado y tranquilo. Se levantó de la cama y caminó hasta el servicio donde descargo parte de lo bebido, tras lo cual se dirigió a la cocina donde preparó el café. Esperó a que la cafetera hiciera su trabajo sentado en el banco de la cocina, que lo mismo servía para sentarse como para subirse en él y así alcanzar mejor lo que guardaba en las baldas superiores de los armarios.

         Aunque su condición de jubilado le permitía llevar una vida placentera y relajada, Pedro seguía disfrutando especialmente de las mañanas de los sábados. Se había propuesto no tener nada planeado para ese día, dejando que la jornada fluyera según se iban presentando los acontecimientos. Y eso le gustaba. Era una persona que necesitaba hacer cosas, organizar su tiempo. Sin embargo desde siempre se reservaba los sábados para la sorpresa y la improvisación.