El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

miércoles, 25 de julio de 2012

18-Huida al norte

Cada día laborable
un capítulo (18/35)

Los turnos los habían establecido el viernes mientras bebían los vermouth tras haber seguido a Lamikiz hasta la puerta de los juzgados.  A Pedro le había tocado el primer turno. Nordin era demasiado dormilón y Robert tenía que dar alguna clase tempranera. No le importó. Siempre se despertaba temprano. A las nueve abrían el despacho, así que llegó un rato antes para comprobar que el abogado cumplía el horario que anunciaban en la página web del despacho.

         Eran las nueve menos cuarto. Pedro se quedó frente a la puerta del inmueble, al otro lado de la calle, y empezó a hojear el Correo. El Athletic había ganado y se asentaba en puestos europeos. Los bilbaínos estaban contentos, aunque, inexplicablemente, muchas voces se alzaban contra la labor del entrenador. Pedro, por lo poco que les conocía gracias a las cenas de los jueves donde había compartido mesa con algunos seguidores del equipo de fútbol bilbaíno y las conversaciones que escuchaba al caminar por la calle o al beber solitarias cervezas  y cafés en los bares de la ciudad, pensaba que la gente de Bilbao estaba convencida de que lo propio era mejor que lo que realmente era, desde el ambiente de sus calles hasta su equipo de fútbol. Pero claro, nunca se había atrevido a decirlo. Él era un madrileño recién llegado y no podía opinar.