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martes, 5 de marzo de 2013

El ultracatolicismo del ministro del interior le lleva a decir auténticas estupideces

El ultracatolicismo delministro del interior no ha ocasionado más que problemas al Gobierno de Mariano Rajoy que, ya de por sí, tiene bastantes y variados. 

El pasado domingo protagonizó su último incidente al condenar los matrimonios homosexuales porque con ellos "la pervivencia de la especie no estaría garantizada". No indicó, sin embargo, si las personas que mueren sin descendencia también deberían de cumplir semejante condena o rechazo social. No se si habrá que recordarle que cuando su Dios se hizo hombre, según cuentan sus propias crónicas, anduvo muchos años, demasiados para la época, "solo y sin descendencia legal".

Sus colaboradores dicen que es "cercano" al Opus Dei, aunque no miembro, y que con sus declaraciones sobre sus creencias religiosas ha colocado en más de una ocasión en un brete al Gobierno, declaraciones que le han valido numerosas críticas, incluso de su propio partido. Su blog, que abandonó al ser nombrado ministro, es una clara muestra de su fe.

Lo que ha dicho sobre los matrimonios homosexuales es una opinión personal. Las opiniones no se pueden prohibir, aunque sean contrarias a DD.HH., pero es obvio que es ministro y no puede desligar lo que dice de sus responsabilidades políticas que no solo le salpican a él, sino también a todo el Gobierno. 

(Leído y recogido parcialmente de www.eldiario.es)