El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

miércoles, 13 de marzo de 2013

Habemus Papam, necesitamos aclaraciones

Hoy mismo me preguntaban por qué una persona como yo, agnóstico reconocido y laico militante, muestra tanto interés por los entresijos de los palacios vaticanos. Y la respuesta es siempre la misma. Procuro enterarme de las vicisitudes, chascarrillos, intereses. reacciones, acuerdos, dejaciones y un largo etc de episodios que ocurren en las organizaciones terrenales que organizan comisiones, congresos, cónclaves, asambleas o como quieran llamarles en sus propias jergas, que por su propia dinámica o influencia me salpican directa o indirectamente en mi vida cotidiana, se llamen Iglesia, Partido Demócrata, PP, o Athletic. No pertenezco a ninguno de ellos pero todo lo que hacen me afecta . Y sin duda, hoy por hoy, lo que hace y deja de hacer la Iglesia Católica, Apostólica y Romano, lo quiera o no, me influye mucho más de lo que yo quisiera.

Dicho esto, tengo que reconocer que la organización más vieja que conozco sigue proporcionándonos sorpresas y situaciones en las que parece que también la realidad supera a la ficción. Si el que se ha ido empuño en sus tiempos jóvenes un fusil por Hitler, el que llega está acusado de colaborar con la dictadura argentina. Fuerte ¿eh?.

Bergoglio da la comunión al dictador argentino Videla,
en la portada del diario Página 12 del 27 de mayo de 2012.
/ martazabaleta.blogspot.com.es /

El nuevo Papa, Jorge Mario Bergoglio, tal como cuentan hoy mismo en eldiario.com, fue acusado en su día de colaborar con la dictadura militar argentina,  sobre todo después de declarar hace dos años como testigo en el juicio de la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) tras supuestamente delatar y retirar la protección a dos sacerdotes jesuitas desaparecidos en la misma.
El exarzobispo de Buenos Aires siempre negó las acusaciones.
Bergoglio era el superior de los jesuitas en Argentina y retiró, en mayo de 1976, la licencia religiosa a los curas Francisco Jalics y Orlandio Yorio, dos subordinados suyos en la Compañía de Jesús que habían adoptado una posición activista en la defensa de los derechos de los pobres.
Ambos sacerdotes fueron secuestrados por un grupo de la ESMA poco después de perder la protección por orden del nuevo Papa, y se les envió a la Escuela Militar donde fueron torturados. Los curas, según el periodista Horacio Verbitsky, sospecharon que Bergoglio los había delatado.