Veremos hasta qué punto la encuestas conforman la voluntad de los electores, esa es la gran incógnita de la nueva política. Las últimas encuestas afirman que viajamos hacia el centro, como siempre, nada nuevo al respecto sobre lo dicho. La novedad ahora es que a su centro ya le han puesto nombre y apellido: Ciudadanos. Naturalmente, la calificación alcanzará al que los necesite para gobernar. El centro son ellos y los que con ellos se alíen.
Texto de Javier Aroca recogido de www.eldiario.es |
Dicen los despachos, no sé si la calle, que los dos mayoritarios, hasta ahora, se igualarán, y que a ellos su sumará en igual consideración Ciudadanos; y que los seguirán a cierta distancia, primero, Podemos y, luego, IU- sumados los dos no dejan de ser los cuartos-. Multipartito, nuevo reparto del poder, nuevo escenario para mantener lo mismo. El panorama del deseo es bastante lampedusiano, nuevo cóctel pero para beber lo mismo. Nada se moverá, en definitiva.
El deseo tiene un líder, Albert; dos víctimas, Mariano y Pablo, los menos valorados y los que caen más antipáticos; un resistente, Alberto; y Pedro, estacionado en la provisionalidad. Y una triste constatación, me parece que los que mueven los hilos quieren esto, un panorama político de extrema debilidad para tenerlo más entregado al verdadero poder, cada día más alejado de la política , aunque la colonice, y de la gente. Da la impresión de que ese verdadero poder no quiere políticos que conduzcan a la gente hacia la felicidad sino que la controlen.
De todas maneras no se descartan nuevos avenates demoscópicos en los despachos, ni empresas demoscópicas dispuestas a que sus deseos sean realidad. Aunque una cosa les queda clara a estos agentes políticos no elegibles, el fin del bipartidismo es ya una realidad y esto ni ellos lo pueden ya ocultar.