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sábado, 22 de septiembre de 2018

"Tengo unos obispos, pero si no les gustan, los cambio por otros de su interés. Sin problemas. Todo sea por el poder"

El cardenal Parolin parece ser que ha confirmado la intención de la Santa Sede de pactar con el gobierno chino los nombramientos de sus propios obispos.

Nada más oír la noticia me he acordado de los acuerdos de esta religión con el gobierno de Franco para el mismo fin. No podía haber un obispo sin el visto bueno del dictador.

Sustituyan al viejo dictador que ahora anda de traslado de huesos por el dirigente chino y rasguen los ojos de los que portan sotanas y el resultado puede ser parecido. Ni me va ni me viene pero, ciertamente, me produce un relativo repelús.

Si alguien dudaba de hasta donde podía llegar las intenciones de la organización dirigida ahora por Francisco no creo que le queden muchas dudas. Siguen dispuestos a pactar los nombramientos de incluso sus propios "pastores" con organizaciones especialmente ajenas a sus doctrinas si eso les permite aumentar sus influencias en ese territorio. 

Un famoso cómico internacional, el inigualable Groucho, dijo aquello de "estos son mis principios, pero si no les gustan, tengo otros". Hoy Francisco y su Iglesia lo ha adoptado y adaptado: "Tengo unos obispos, pero si no les gustan, los cambio por otros de su interés. Sin problemas. Todo sea por el poder".