Los tres tienen algo de razón, todo depende de cómo se interpreten los resultados, pero primer ministro sólo habrá uno. La conclusión, por tanto, es que las legislativas suecas han desembocado en un galimatías de complicadísima solución.
El auge del SD, en efecto, ha transformado por completo el paisaje político sueco. Hace ocho años ni siquiera estaba en el Parlamento y ahora es la clave del futuro Gobierno. El partido de Akesson fue el que más avanzó en las elecciones, de un 12,9% a un 17,6.
Francia, Austria, Polonia, Hungría, ... y ahora Suecia. Dice el refrán que "Cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar".
No entiendo que desde los núcleos de poder europeo no estén profundamente alarmados y no se busque urgentemente una actitud común de los partidos demócratas ante un peligro tan conocido y cada vez más inminente por estos lares.