El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

martes, 11 de septiembre de 2018

Cataluña. Se puede ser moderadamente optimista.

Hoy vuelve la Diada. Y como en el día de la marmota en EEUU, volvemos a oír las mismas amenazas de saltarse la ley de los mismos. Por contra el mensaje desde Moncloa es significativamente más esperanzador que el del año pasado.

Pero no va a ser fácil ­pasar de la política de confrontación, “de cuanto peor, mejor”, a la búsqueda de un diálogo con unos interlocutores que ofrecen reformas de Estatut o de la Constitución que para una parte de la ciudadanía de Catalunya es ya una pantalla superada. Esos dos millones de ca­talanes, más o menos, que han ­hecho el click con España y que llenarán de nuevo hoy las calles de Barcelona. Ellos ya han comprado el discurso de la ruptura y se lo han hecho suyo.

El posibilismo actual de ERC, que tanto se echó en falta hace ahora un año, es otro dato que puede invitar al optimismo pero sin poder echar las campanas al vuelo.