El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

martes, 30 de julio de 2019

Mejor tener unas pocas ratas que ser una de ellas.

El sábado el presidente Trump sugirió que las condiciones en el séptimo distrito del Congreso de Maryland, mayoritariamente negro, son "más peligrosas" que las de la frontera entre Estados Unidos y México, y lo calificó como una “ruina repugnante infestada de ratas y roedores”. El periódico le contestó en su editorial de este domingo.

El presidente Donald Trump fue calificado como el más deshonesto de los presidentes estadounidenses,  "el que se burla de los héroes de guerra" y "el alegre acaparador de partes privadas de mujeres".

Para Trump atacar a los miembros afroamericanos del Congreso es una buena política, pues calienta a los supremacistas blancos que lo aman y hace gritar a muchas personas reflexivas que no lo hacen. Trump ha puesto la animosidad racial en el centro de su campaña reelectoral, convencido de que esa retórica enardecida fortalecerá el apoyo de los trabajadores blancos y atraerá a los votantes que temen los cambios culturales en el país.

Sus asesores han llegado a la conclusión de que estos arrebatos racistas en Twitter gozan de un efecto dinamizador entre sus bases ante la campaña electoral de 2020. Ya se vio en el mitin que hizo en Carolina del Norte hace un par de semanas, donde sus fans corearon el grito denigrante y xenófobo de “depórtala” dirigido a la legisladora Ilhan Omar, electa por Minesota tras llegar de niña desde Somalia como refugiada.

Así están las cosas en el país "mas rico, demócrata y defensor de los derechos humanos del mundo". Malos tiempos para la "polírica".