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Dicen que tener un perro disminuye el estrés, lo que ayuda a que sean niños/as menos agresivos.
Y mejora la autoestima, pues se sienten muy queridos por su mascota, que les ofrece amor incondicional.
Los niños/as con perro son niños responsables, cooperantes, compasivos y generosos, pues deben cumplir con la obligación de alimentarlos, limpiarlos y cuidar de ellos.
El hecho de cuidar del perro les reporta una sensación de utilidad y motivación Y hacen más ejercicio, sin darse cuenta, porque tienen que sacar al perro de paseo y jugar con él, perseguirlo, tirarle la pelota.
Son más seguros/as porque un perro aporta seguridad cuando los padres están ausentes.
Y son más tranquilos/as: el mero acto de acariciar al perro regula el ritmo cardiaco y la tensión arterial. De hecho, las personas con perro tienen más posibilidades de sobrevivir después de sufrir un ataque cardíaco que el resto de los afectados.
Los beneficios psicológicos de vivir con perro son tan obvios que hoy en día los tratamientos con perros se utilizan en fisioterapia infantil, y en la terapia asistida con animales para menores con minusvalías físicas o con condiciones neuro divergentes (como el autismo, el síndrome de Asperger, el de Down, la hiperactividad …).
También se usan en menores con trastornos emocionales. De hecho, existen incluso programas para aprender a leer o aprender matemáticas que usan perros.
Y dicho esto a los dueños de los perros, que son los únicos responsables de lo que hagan sus cachorros, les pediría algunas cosillas:
Que respeten y entiendan a las personas, como ellas, que también andan por la calle y no les gustan los perros, que tienen derecho a pasear sin que se le acerque un perro ladrando. Que en ese caso tiene derecho a pensar que ese perro a lo mejor muerde y antes de que llegue el dueño o dueña a lo lejos diciendo esa frasecita de "tranquilo que no muerde", hay que decidir si darle una hostia en el hocico o no al inoportuno agresor no vaya a ser que pertenezca al grupo de los "mordedores o con derecho a acojonar". Y no quiero quedarme con la duda ni con el mordisco.Y que respeten la limpieza de las calles limpiando y recogiendo "las mierdas de sus perritos o perrazos de cuatro patas".
Y en un ascensor tengo derecho a montarme sin perro y no es normal que el dueño vea simpático como nos huele los cojones a todos. Algunos tenemos la rareza de ser selectivos en ese tipo de actividades.
Y para defender "al bicho" que nunca lo comparen con un niño o niña. Ver a un dueño de perro considerarlo más importante o superior que otro ser humano es muy duro y muy triste.
