Ambos líderes de la izquierda estatal están netamente convencidos de sus posiciones, aparentemente no se muestran dispuestos a modificarlas, cada uno se ha atado con sus palabras al palo mayor de su barco –como Ulises para evitar la tentación de las sirenas–.
Y salvo que uno de los dos mienta o cambie de posición a medida que el abismo esté más cerca, vamos a una primera investidura fallida y a una probable repetición electoral el 10 de noviembre: a una decepción histórica para los votantes de izquierda y a una nueva oportunidad para que Pablo Casado alcance La Moncloa, con Albert Rivera y Santiago Abascal como seguros socios de Gobierno.
Como el párrafo anterior es "de mear y no echar gota" me resisto a creer que ambos ninfos nos sometan a semejante estupidez. Quiero creer que dos horas antes habrá un mini acuerdo, que permite elegir a Sanchez como presidente.
Si gracias a su enorme tozudez en noviembre sale Casado con Cs y Vox sería como para darles una colleja cada votante día sí, día también hasta el fin de sus días o mandarles al País de los Picapiedra y que nos dejen en paz.
Si gracias a su enorme tozudez en noviembre sale Casado con Cs y Vox sería como para darles una colleja cada votante día sí, día también hasta el fin de sus días o mandarles al País de los Picapiedra y que nos dejen en paz.