Esto es Pakistan.
Pero aquí hemos visto a muchos reporteros en el centro de una tormenta y en multitud de lugares ridículamente peligrosos solamente para potenciar la imagen de una noticia que, muchas veces, no es, de por sí, especialmente llamativa.
Está claro que muchos de ellos, jóvenes recién llegados, no se pueden oponer a lo que les plantean sus empresas televisivas por peligro de pérdida de trabajo pero una vez ya llegados a lo más alto de los ridículos, convendría reflexionar sobre esta estúpida práctica.