La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso durante la reunión del Consejo de Gobierno autonómico celebrado en la localidad de Pozuelo de Alarcón. E.P./Ricardo Rubioblogs.publico.es/dominiopublico |
Sin duda es cierto que ciertas élites de Madrid, haciendo pasar sus intereses como si fueran los de España, construyendo un sistema mediático profundamente madrileño que pretende marcar la agenda política del Estado y marcando las líneas políticas de gran parte del sistema político español, han hecho pasar Madrid por España y, precisamente por eso, en España cada vez aparecen y aparecerán, mientras esta situación dure, más partidos que reivindican naciones alternativas, regiones olvidadas o incluso provincias marginadas históricamente.
Pero, por paradójico que pueda parecer, y en contra de toda la verborrea insultante de Díaz Ayuso, estos partidos representan mucho más a una parte de la España real que no la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Las élites entre las que se encuentran Ayuso y sus "colegas", cuanto más particulares son sus intereses, más se presentan hacia afuera como las únicas que defienden España contra todos los regionalismos y nacionalismos posibles, cuando en realidad no hay nada más nacionalista y particularista que ellas mismas.
Y en todo esto hay una cosa clara, a pesar de toda su pretensión de sofisticación, de españolismo constitucional y de cosmopolitismo de estar por casa, no hay nada más paleto que estas mismas élites y, sin duda, Díaz Ayuso es su más digna representante.