en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

domingo, 29 de marzo de 2020

El comportamiento del presidente brasileño frente al coronavirus era previsible, ya que siempre fue un negacionista de la ciencia

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, es un psicópata. No es hora de eufemismos ni medias palabras. 

No solo es fascista, nepotista, ignorante, incapaz, misógino, xenófobo, homofóbico, admirador de dictadores y torturadores, está rodeado por un gabinete de lunáticos, terraplanistas y fundamentalistas religiosos, y vinculado personalmente con bandas de milicianos y asesinos a sueldo. 

Además, es un psicópata.

El comportamiento del presidente brasileño frente al coronavirus era previsible, ya que siempre fue un negacionista de la ciencia. En una entrevista por televisión, Bolsonaro dijo que va a morir alguna gente, bromeó con que la vida un día se termina y agregó que no se puede “parar la economía” por eso.

Ha prohibido parar el país por decreto, pero un juez del Supremo les dio la razón a los gobernadores y alcaldes, dictando una medida cautelar para que puedan disponer medidas de aislamiento. 


Bolsonaro es un psicópata y hay que sacarlo del poder antes de que haga más daño, porque ante una emergencia de este tamaño, las prioridades y los parámetros no pueden ser los mismos que en una situación normal. A Dilma Rousseff, una presidenta honesta y democrática que no había cometido ningún crimen, la destituyeron por nada.
¿Qué esperan ahora?
Está en manos del Congreso y del Supremo Tribunal Federal decidir si quieren salvar vidas o pasar a la historia como cómplices de un psicópata y asesino.