El viaje arranca desde casa en Metro hasta la nueva Terminal de Autobuses de
Bilbao y ... vaya decepción.
Que la estación cierre de noche no me cuadra mucho aunque puedo llegar a entenderlo, pero que a las dos de la madrugada te hagan entrar por una puerta poco anunciada y te dirijan directamente a una jaula de cristal pequeña, sin asientos, todos almacenados en pocos metros cuadrados, sin posibilidad de guardar el metro de distancia para defendernos del famoso virus, me ha parecido fatal.
El viaje en bus genial. Con desayuno incluido. La T4 fenomenal. Y ahora pasando el tiempo, escribiendo y lo que sea menester para no dormirme, a la espera del vuelo.