A un hombre de unos 82 años le está entrevistando un periodista en un jardín.
El hombre entrevistado se expresa del siguiente modo:
-Soy hijo de exiliados.
-Hasta los 27 años y poco antes de la transición no pudo volver a España por culpa de Franco.
-A mi padre, pobrecito, no sabíamos ni dónde enterrarlo.
-Mi madre, estuvo muchos años en silla de ruedas.
-Ahora tengo 82 años.
-Hace meses me quitaron el 30 % de un pulmón.
-Mi mujer, es inmigrante.
-Tengo tres hijos con ella.
-De los tres, sólo trabaja una, la del medio,... pero no cobra nada.
-Todos, incluidos los nietos, viven de mi asignación.
-La mayor, se acaba de divorciar.
-Mi yerno, se daba a las drogas y al alcohol y la ha dejado con dos niños.
-El pequeño de mis hijos, aún no se ha ido de casa y, además, se ha casado con una divorciada y la ha traído a vivir con nosotros.
-Esa señora antes trabajaba, tenía muy buen puesto, pero, desde que vino a mi casa ya no hace nada.
-Ahora tienen dos niñas que también viven bajo nuestro techo, para colmo, este año, con lo de la crisis, casi no nos hemos podido ir de vacaciones.
-Para colmo, el marido de la mediana, anda en líos con la justicia y ha acabado en la cárcel.
El periodista, pone cara de asombro y comenta:
-Majestad, no creo que su situación sea tan mala.