Imagina que te instalas en el móvil una app que reemplaza texto automáticamente.
Configúrala para que a partir de ahora, en todas las noticias que lea, te sustituya 'Vox', 'ultraderecha', 'extrema derecha' y otros términos similares, por 'el socio del PP'.
La cosa quedaría así:
Los socios del PP ahorcan y apalean un muñeco de Pedro Sánchez. Un socio del PP agrede a un concejal en el pleno del ayuntamiento de Madrid.
El socio del PP dice que el presidente Sánchez acabará “colgado de los pies”.
Socios del PP boicotean el minuto de silencio por las víctimas de la violencia machista.
Decenas de sedes del PSOE sufren ataques de socios del PP. Denunciados dos socios del PP por apología del franquismo.
Un socio del PP, a juicio tras vandalizar un mural feminista.
Socios del PP difunden bulos para criminalizar a los menores inmigrantes.
No pongamos el foco en la ultraderecha, sino en su condición de aliada de esa derecha que se dice a sí misma moderada, centrista y partido de Estado. Cuando lamentemos episodios de violencia verbal y todas esas propuestas políticas que nos repugnan, no olvidemos de quién hablamos: de los socios del PP.