Desde que el PP sucumbió, por una errónea decisión propia, en las elecciones del 23-J, el ruido se ha apoderado definitivamente de la escena política española.
Frente a la estrategia pacificadora del presidente Sánchez, PP y Vox de la mano pasan directamente al frentismo. La radicalización del PP lleva inevitablemente a la confrontación entre dos bloques, sin espacio para la intermediación.
Por muy comprensible que sea la frustración de Feijóo, su oportunidad ya pasó, y si quiere seguir tiene que ser capaz de construir una propuesta estimulante. Sobre el patético discurso de la liquidación de España no se construye un proyecto político.
Debería reconocer que una mayoría ciudadana muy diversa ha mantenido a Pedro Sánchez en la presidencia para evitar lo peor: entregar el país a la dinámica de radicalización de la derecha que vive Europa.
Al PP le toca decidir entre el autoritarismo posdemocrático o el juego abierto de la democracia liberal. Y la interpelación alcanza también a poderes fácticos (económicos e institucionales) que acompañan la dinámica excluyente de la derecha.
viernes, 5 de enero de 2024
PP y poderes fácticos varios tienen que elegir:
autoritarismo posdemocrático o democracia liberal.
Núñez Feijóo y el presidente de Vox, Santiago Abascal,
reunidos en el Congreso el 5 de septiembre
dentro de la ronda de contactos del primero para su investidura.
CLAUDIO ÁLVAREZ