Se hacen los locos o los indignados. Nadie se hace responsable de esos votos. El PNV dice que ellos no han sido. Su portavoz parlamentario, Aitor Esteban, ha dicho que ninguno de sus cinco diputados ha apoyado a los candidatos de PP y Ciudadanos. Habrá que creerle.
Joan Tardá, de ERC, ha sido más explícito. El diputado catalán se ha sentido ofendido cuando se ha señalado a su formación, que tiene nueve diputados, como la responsable de los apoyos a los dos grandes partidos de la derecha. Y ha zanjado : "Quien crea que hemos votado a PP o Ciudadanos es tonto o no se entera de nada". Parece razonable.
Las miradas se dirigen entonces a Convergencia, con ocho asientos, cuya abstención fue clave en la elección de Pastor. Su portavoz, Francesc Homs, ha jugado al despiste, primero sin querer aclarar qué había hecho su partido, y después asegurando que él no había votado a los candidatos de PP y Ciudadanos, pero que el resto de los votos de su formación son secretos. Otra diputada de CDC ha dicho a través de Twitter que ella tampoco había apoyado a esos candidatos.
Quedan dos partidos minoritarios: Bildu, con dos asientos, y Coalición Canaria, con uno. Las sumas y restas indican que al menos dos formaciones nacionalistas tendrían que haberse unidos sus votos a los de la derecha.
Es evidente que alguien miente. Y parece claro que esos votos nacionalistas se asentarán en la investidura.