en la que los catalanes elegirán su Parlamento.
en la que elegiremos el nuevo Parlamento Europeo.

sábado, 2 de noviembre de 2019

Negar el saludo a un fascista es un acto político y además puede ser hasta higiénico.

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Termina el debate a siete en el que Iván Espinosa de los Monteros llama racista y xenófobo a Aitor Esteban y todos salen de sus atriles dispuestos a olvidar lo dicho durante la emisión televisiva y a saludar con una sonrisa forzada para ofrecer la mano a quien minutos antes ha insultado y despreciado. 

El portavoz del PNV muestra algo de dignidad y se niega a saludar a un fascista. Y todavía hay debate. No se saluda a fascistas. Es de primero de cultura de antifascista y no solo hay que tenerla, sino ejercerla. Negar el saludo a un fascista es un acto político y además puede ser hasta higiénico. Hay que recordar que las manos estrechadas pueden tener 3.200 bacterias, incluidas algunas fecales. No quieres mierda fascista en tus manos.