El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

domingo, 10 de noviembre de 2019

Romancero Gitano. Arriaga.

Nuria Espert son como esos artistas flamencos que parecen hacer todo fácil, como quien respira, porque están bendecidos por el duende, y decir duende es decir Lorca, que siempre acude cuando alguien le pide ayuda en épocas turbias y mediocres.
Espert finge que lee, o lo contrario, que improvisa, pero está todo aprendidísimo, como esa primera persona que a veces parece ser la actriz contándonos cómo descubrió la poesía lorquiana, y a veces la voz de Lorca mismo, como si estuviera reunido en su cuarto con sus amigos.
Espert convoca también cuatro grandes ecos femeninos, cuatro mujeres solas: Marianita Pineda, Yerma, la madre de Bodas de sangre y doña Rosita, desfilando a ritmo de carrusel fantasma. Y la eterna, profunda soledad de Federico, el Federico aterrado que para cruzar la calle necesita cogerse del brazo de alguien, y hacer teatro porque “en el teatro todo se comparte”. 

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