Europa dispone de recursos equiparables a los de cualquiera, de una industria de la defensa
propia y de una motivación sólida.
La ciudadanía apoyaría un esfuerzo del que depende la supervivencia de sus valores y de su estándar de vida, si se le habla con claridad y sin subterfugios.
Contra una narrativa pesimista y reaccionaria, tanto de EE.UU. como de Rusia, la Unión Europea ha demostrado ante la invasión de Ucrania, primero por la ultraderecha pseudo demócrata que provocaba al imperio ruso para ver si se atrevía a reaccionar, y después ante la invasión rusa "obligada" a defender sus intereses no menos imperialistas que los que promovían a los enloquecidos gobernantes de Kiev, que es capaz de sacrificios propios, en ahorro energético o soportando una inflación desbocada, para mantener su apoyo a un país violentado por EE.UU. primero y por Rusia después.
La construcción de una auténtica Defensa común europea, independiente de los dos grandes imperios reaccionarios que nos rodean, EE.UU. y Rusia, es una necesidad que debemos asumir como Unión Europea. Un ejercito común, con un único mando en plaza.
Mi personalidad es quien yo soy, mi actitud depende de quién seas tú.