El alto, el fuego en Gaza, que de momento parece estarse manteniendo no tiene detrás un proceso ni mecanismos para prevenir ataques y avances, israelíes, ni para forzar al ejército israelí a retirarse.
Mientras Trump habla del éxito del plan de paz, los israelíes mantienen los dedos en los gatillos de armas que siguen apuntadas a la población civil de Gaza. (martin.gak)

martes, 14 de octubre de 2025

Ojalá este discutible acuerdo impuesto por Trump,
detenga el genocidios y el hambre.
Y que Gaza tenga un futuro, porque el futuro
solo es posible con la paz.

Sin ganas de hacer comparaciones, después de seguir atentamente toda la patochada de ayer en Israel y Egipto, recuerdo el articulo en El País de Guillermo Altares recordándonos que Versalles ha pasado a la posteridad como el peor acuerdo de paz de la historia, como un desastre cósmico del que surgieron los desastres posteriores del siglo XX. Firmado en la ciudad francesa en junio de 1919, el tratado puso fin a la Primera Guerra Mundial; aunque la humillación a la que fue sometida Alemania sentó las bases para el nacimiento del rencor y odio que alimentaron al nazismo. Sin Versalles es difícil entender a Hitler, sin Hitler no se hubiesen producido ni la Segunda Guerra Mundial ni el Holocaust
Casi todos los procesos de paz los firman personajes moralmente dudosos, en el mejor de los casos, y, en el peor, siniestros y deplorables. En el caso de Gaza, ni Netanyahu ni los dirigentes de Hamás son héroes de la retirada, ni de nada, como tampoco lo es el frustrado premio Nobel de la Paz para Donald Trump
Dejar de matar no limpia los crímenes contra la humanidad cometidos por Israel —que muchos juristas consideran responsable de genocidio— ni por Hamás. 
Una mala paz no significa que no haya memoria ni justicia. Solo puede significar el final de guerra. 
Ojalá este discutible acuerdo detenga las matanzas y el hambre. Y que Gaza tenga un futuro, porque el futuro solo es posible con la paz.