No se lo han dado a Trump. Era demasiado. Hubiera sido esperpéntico. Imposible de justificar. Pero no había que enfadarlo demasiado. Triste que no se lo den a él, de momento, pero que la cosa quede en casa. No se lo podían dar a Milei, ni a Abascal, porque hubiera sido mucho más difícil de justificar, pero María Corina quedaba bien, enfadaba a los enemigos de Trump y, al final, el premio quedaba en casa. En la casa de la "extrema derecha mundial".eldiario.es/
si-quieres-nobel-paz-
preparate-guerraMachado es una ultraderechista sin disimulo, una golpista que ha pedido abiertamente una invasión extranjera a su propio país, que ha celebrado las sanciones que llevan años hundiendo en la miseria a millones de venezolanos y que lleva dos décadas haciendo del clasismo una retórica patriótica