Era temprano. Todavía quedaban más de dos horas para que Conchi llegara a nuestra escalera. Así que preparé una cafetera, unas tostadas, cogí mi diario y me senté en la terraza, al fresco de la mañana.
Pero algún día habrá que hablar, también, de los corruptores que son grandes empresas que cotizan en el IBEX y son al parecer intocables.