En mi pueblo, cierta "borrokada", tras una noche de fiesta, tal vez enfadada por sus propias frustraciones, comprobando día tras día cómo la sociedad vasca les da la espalda, ha decidido que antes de retirarse a su "merecido" descanso del "revolucioario patriota", qué mejor que destruir algo para que la ciudadanía siga teniendo motivos claros y evidentes de que ellos, de "motu propio", no piensan cambiar nada, y porque su filosofía de "cuanto peor mejor" sigue siendo la mejor.
Conclusión : Dos contenedores de basura destruidos (¡¡Qué gran acto revolucionario!!)