La ex-presa vasca Mª José Etxaburu relacionada, según la justicia, con el hacha y la serpiente, y que actualmente defiende el final de la violencia de ETA, ha escrito un relato que ha sido publicado en el diario noticias de Guipuzkoa y que, por su interés, publico en su integridad. No es que haya descubierto la rueda, pero anima comprobar cómo se va diluyendo un mundo, hasta hace poco granítico y, que hoy en día, verbaliza y escribe sobre un hacha que se cree "hacha de aizkolari" cuando la realidad, la que vemos todos desde fuera, es la de un "hacha de juguete" en manos de unos "niñatos políticos", que corta y que puede hacer daño pero que cada vez está más cerca del esperpento.
Dice así :
No nos engañemos, después de los anteriores intentos frustrados de solucionar el conflicto en Euskal Herria, la ruptura del proceso de paz de Loiola fue especialmente traumática dentro de las estructuras de la Izquierda Abertzale. Unos querían seguir con la lucha armada, otros eran conscientes de la importancia de la oportunidad perdida y el desastre que acarrearía. El hacha y la serpiente que quieren tomar caminos diferentes.
El hacha le dice a la serpiente:
-Vosotros seguir haciendo política y dejarnos a nosotros seguir dando hachazos otros 10 años.
La serpiente, que encima se ve en un futuro enjaulada, plantea los debates en los pueblos como medio de obtener legitimidad ante el hacha.
Pero esta, saca la ponencia "Mugarri" proponiendo compaginar lucha armada y lucha política, la pasa a los presos en las cárceles diciéndoles:
-Creerme, esta es la buena. La otra, la que se debate en los pueblos solo es una versión descafeinada.
-Ah!
-Y para apoyar esto, aquí tenéis un calendario de movilizaciones en las cárceles para todo el año. Así, la serpiente verá que me apoyáis.
Y los presos:
-¡Mamma mia¡ Otra vez mas. ¿Y ahora cómo dices que no?
Unos se lo toman a regañadientes, otros hacen un poquito, otros se escaquean cuando pueden y también están los eufóricos que se sienten de repente "borrokas".
Así que la serpiente organiza lo de Altsasu porque tiene prisa por escenificar lo que será el resultado.
Allí se junta mucha serpiente. Algunos que ya no saben si son hacha o serpiente se enfadan mucho porque se sienten utilizados.
Alguna serpiente que escribe en Gara, vistiéndose a menudo de aizkolari, pelota del hacha, se atreve ahora a decir:
-Lo de "Mugarri" era solo una ponencia de algunos que ha quedado desfasada.
El hacha está que echa pestes y para reconducir la situación se pone a dar saltos por Portugal, por Catalunya…
La serpiente anuncia al fin, con mucho tiento, su decir algo. Pero no se escenifica a lo grande para que el hacha no se enfade.
Pero esta se enfada, claro que se enfada, aunque no lo puede hacer públicamente y se limita a decir:
-Vale, me parece bien… pero lo haré a mi manera. Hace falta que primero otros hagan… y yo ya veré si hago o no hago.
O sea, casi como siempre.
Y la serpiente se trae a Currin desde Sudáfrica, para que le ayude.
Y el hacha le dice:
-Sí. Mucho Currin, pero ya me lo pensaré.
Y el cuento sigue.
Pero entonces el hacha se da cuenta que varios presos se han tomado en serio las reflexiones anteriores, se han tomado en serio lo que pensaba la inmensa mayoría en los debates de los pueblos, lo de Altsasu, lo de Currin, que dicen claramente que no quieren más hachazos, y que empiezan a dar pasos en ese sentido, que empiezan a salir de la cárcel, que los reciben con normalidad en sus pueblos.
El hacha se enfurece. Y después de no atreverse a hacerlo con la serpiente, con los de Altsasu o con los periodistas de Gara, ahora sí, se arma de valor y saca un comunicado para denunciar e insultar públicamente a esos presos. A ésos sí porque hay que cerrar filas y no perder el control del mundo de los presos que es lo único que ya les queda.
Mientras tanto la serpiente sigue empujando e intentando convencer al hacha para que se meta en el armario y le insinúa:
-Si das un hachazo, me desmarcaré de alguna manera o te diré algo que no te va a gustar.
Titubea la serpiente en vez de asumir que la mejor manera de mandar el hacha al armario es diciéndole claramente:
-No tienes que dar ni un hachazo más, se acabó.
Así, seguro que no habrá ni un hachazo más.
Y todo esto no es un cuento, el único cuento es el del hacha, que aún se cree hacha de aizkolari y los demás la ven como hacha de juguete en manos de unos niños, unos de aquí y otros de Madrid, que juegan con ella. Puede hacer aún daño, eso sí, pero juegan con ella.
Y la serpiente, ¿hasta cuando seguirá zigzagueando, arrastrándose y esperando para ponerse de pie, Zutik, y hacer política como las personas?