El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

lunes, 22 de noviembre de 2010

Condones, castidad y caridad ¡¡Jolín con los intermediarios!!

El salto adelante del Papa que las noticias han despachado este fin de semana no nos dejan indiferentes. Según la prensa el obispo de Roma ha aceptado el condón aunque sólo en algunos casos, por ejemplo, si eres una prostituta. No está mal. El avance, si no resultara esperpéntico, sería gracioso.

Me imagino que más de un seguidor de la iglesia católica al oír la noticia, aunque no lo haya verbalizado, habrá pensado algo así como "lo podían haber dicho unos años antes". Habrían vivido seguramente mas felices y con menos temores. Pero la respuesta está en la historia y la organización mencionada nunca se ha caracterizado por saber responder a tiempo a las circunstancias y a los problemas que la gente tiene en cada momento a lo largo de su existencia.

Son muchos los peldaños de retraso que lleva en la larga escalera de la historia. Y hoy, al leer la noticia me he acordado de este correo que me envió hace unas semanas un seguidor de la iglesia:

DIFERENCIA ENTRE ORIGINAL Y COPIA

Un joven novicio llega al monasterio…
La tarea que se le asigna es la de ayudar
a los otros monjes a transcribir los antiguos cánones
y reglas de la Iglesia.




Se sorprende de que esos monjes efectúen su labor
a partir de copias y no de los manuscritos originales.

Va a ver al padre abad,
le explica que si alguien hubiese cometido
un pequeño error en la primera copia,
ese error se propagaría a todas las copias posteriores
y de generación en generación.

El padre abad le responde:
- Hace siglos que procedemos así,
y copiamos a partir de la copia precedente,
pero tu puntualización es buena, hijo.

A la mañana siguiente,
el padre abad desciende a las profundidades
del sótano del monasterio;
una caverna donde están preciosamente conservados
los manuscritos y pergaminos originales.
Donde hace siglos que nadie ha puesto los pies
ni abierto los cofres que los contienen.

Se pasa allí la mañana entera,
después la tarde,
después la noche,
sin dar señales de vida.

Las horas pasan y la preocupación crece
hasta el punto en que el joven novicio
se decide a ir a ver qué es lo que pasa.

Baja y encuentra al padre abad completamente ido,
las vestiduras desgarradas,
la frente ensangrentada,
golpeándose sin parar la cabeza
contra los venerables muros.

El joven monje se precipita sobre él y le pregunta:
-Padre abad, ¿qué le sucede?

- ¡AAAAAAAAAAAHHHHHH! ... !!!

!!!!CARIDAD!!!!...¡¡¡¡CARIDAD!!!!...
¡¡¡Eran votos de "CARIDAD" lo que teníamos que hacer...
no de "CASTIDAD”!!!