Tras el ingreso de Eslovenia en el 2004, Croacia es el segundo Estado surgido de la antigua Yugoslavia que accede a la Unión Europea (UE). Hoy, Zagreb ya es la 28ª capital de la Europa comunitaria.
El territorio de la actual Republika Hrvatska (República Croata) abarca el noroeste de la antigua provincia romana de Iliria e incluye la totalidad de la histórica y mítica Panonia y de la también "mal recordada" Dalmacia, que comprende una de las costas más bellas de Europa.
Croacia es una más de las variadas y variantes naciones aparecidas, relegadas, reconstruidas o inventadas en la región de los Balcanes, donde ya en pleno siglo XXI los intereses comerciales y geoestratégicos de Alemania y EE UU han fabricado la "nación" kosovar, construida en base a un fenómeno demográfico: la emigración de miles de albaneses que a lo largo de varios decenios se afincaron en la provincia serbia de Kosovo hasta convertirse en mayoría étnica, religiosa y económica en la que juegan un rol fundamental varias organizaciones de delincuentes.
Croacia no es una nación inventada, pero sí un Estado novísimo, proclamado unilateralmente en 1991 gracias al apoyo de Occidente, con Alemania al frente, y que logró asentarse tras librar una cruenta guerra con lo que quedaba de la dinamitada República Federativa Yugoslava (RFY). (Sigue en im-pulso.blog)
En cuarquier caso es un "paisito" más que se suma a la docena de estrellas donde "los grandes" controlan a los pequeños, algunos pequeños, sin apenas posibilidades, aspiran a ser grandes, y otros aspiran a dinamitar su país grande para tener muchos pequeños que vuelvan a reintegrarse de manera individualizada. A los alemanes rodearse de enanitos enfadados entre ellos seguro que les produce una risita especial.