en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

miércoles, 24 de julio de 2013

La visita de Estado del rey a Marruecos ... ¿sirve a los intereses de la “marca España”?

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La operación propagandística pergeñada por la Casa del Rey, con la ayuda del ministro Margallo, pone al descubierto alguno de los elementos que prueban la toxicidad que ha desarrollado la monarquía borbónica restaurada por Franco en la persona de Juan Carlos de Borbón, que vive su peculiar otoño del patriarca desplegando una capacidad de contaminación inusitada.
La “visita de Estado del rey Juan Carlos I a Marruecos”, ha sido utilizada como la prueba de la utilidad de la monarquía para los intereses de la “marca España” y diseñada sobre todo con el evidente propósito de reflotar la muy maltrecha imagen del monarca. Para ello el rey ha contado con la complicidad del monarca marroquí, al que nuestro Jefe de Estado honra con tratamiento familiar de sobrino, para recibir a su vez el privilegio de ser acogido en pleno ramadán e incluso saludado con dátiles y miel. Todo ello es, sin duda, la quintaesencia de un modelo difícilmente cohonestable con una democracia decente.
Es verdad que esta operación publicitaria ha tenido la desgracia de coincidir con un momento álgido del “caso Bárcenas”, que le ha robado la exclusividad de primeras planas y tertulias que habían soñado quienes la diseñaron. Pero vayamos más allá. Veamos el modelo de visita de Estado. ¿Es imaginable un país democrático en el que sus intereses son defendidos mediante los guiños de complicidad entre dos patriarcas que pasan por encima de las molestias derivadas de la sujeción a las leyes y procedimientos para resolver sus asuntos? ¿Es propio, no de un Estado democrático, sino simplemente serio que los verdaderos problemas de las relaciones entre Estados sean resueltos en el clima de secreto de familia que encima nos presentan como una ventaja, un privilegio? ¿Tiene cabida en un Estado en el siglo XXI la imagen de un representante democrático, de un ministro del Gobierno elegido por las urnas, que se vanagloria de su papel de mera comparsa del rey?