Al PP no le preocupa su soledad en esta materia. Es más, prefiere ir solo para dejar constancia de su firmeza y e su modelo autoritario que bajo el manto de un discurso demagógico y populista en torno al objetivo de la seguridad. En la práctica lo que pretende es una limitación restrictiva en el sistema de derechos y libertades. Primero fue la ley de seguridad privada, después vino la ley de seguridad ciudadana y ahora se ha cerrado el círculo con la reforma del Código Penal.
Las tres constituyen el trípode sobre el que se asienta el modelo restrictivo de derechos y libertades fundamentales del PP. Un retroceso que debería recibir la denuncia y el reproche de los organismos internacionales* que se ocupan de la defensa de los derechos humanos.
X. Gurrutxaga en Vocento