El Putin ruso no es comunista ni por asomo, y la América grande de Trump no es tampoco aquel país de las libertades del que tanto presumían.
Va camino de convertirse en una autocracia que impone la voluntad del presidente sobre todo, incluso sobre la justicia.
Ambos, Putin y Trump, son grandes colegas desde hace años, como hemos repetido algunos reiteradamente.
Y sus intereses no se dirigen prioritariamente al bienestar de sus ciudadanos.

jueves, 29 de enero de 2015

Obama con fundamentalistas religiosos y enemigos de los DD.HH.


Es terrible tener que reconocer como un acto de progresía
no taparse la cabeza delante de esta gentuza que,
además de radicalmente machista y troglodita
en fundamentalista y, eso sí, aparentemente,
radicalmente religiosa y fervorosa.

Ahora, eso sí, no hay huevos, para clasificarlos,
como al resto de personas y organizaciones,
cercanas al terrorismo y al desprecio olímpico a los DD.HH.