El papa Francisco ha dicho este jueves que "hay límites a la libertad de expresión, especialmente cuando insulta o ridiculiza la fe de uno". Con estas palabras se ha referido a los atentados ocurridos la semana pasada en la redacción de la revista satírica francesa Charlie Hebdo. Y ha puesto de ejemplo que, si su organizador Alberto Gasparri dice una "palabra detestable" sobre su madre, "se puede esperar un puñetazo". "Es normal, No puedes provocar. No puedes insultar la fe de otros. No puedes burlarte de la fe de otros", ha sentenciado. (www.infolibre.es)
¡Joder con el Papa progre! Entiendo que haya abandonado lo de poner la otra mejilla. Y entiendo que prefiera el tema bíblico del "ojo por ojo". Pero parece que hay que recordarle que es bastante menos gracioso ver a un hijo de puta, asesino y torturador bajo palio, de esos que su organización sacaba a pasear a Franco, que dibujar a dioses follando o simplemente con ojos saltones. Bastante más provocadora es la historia y el legado de su organización que el de la revista satírica francesa.
Pero es que además, este Jefe de Estado del Vaticano, no se entera que en los países democráticos, el "limite" que él quiere imponernos no lo marca, afortunadamente, ni él ni ningún líder religioso fanático, sino los jueces que no responden a "autonombrados pastores" sino a las leyes y a la Constitución.