Este fin de semana vamos a poder ver y oír en la prensa la existencia de dos importantes manifestaciones.
Una en Bilbao donde todavía al día de hoy muchos de sus asistentes son incapaces de reconocer el fanatismo como nexo de unión entre dos terrorismos repugnantes y claramente injustificables, el etarra y el yihaidista. Sin relacionarlos entre ellos. Pero ambos fruto de un fanatismo no solo criticable, sino claramente repudiable. Esta misma semana nos han demostrado los que hoy llevaran alguna pancarta o se dejarán ver ante las cámaras que son incapaces de suscribir en sede parlamentaria una declaración unitaria en este sentido.
La otra mañana en París. Todos los demócratas han sido convocados. Incluso los que, al igual que aquí hablan de "verdaderos vascos", allí hablan de "verdaderos franceses" y se consideran demócratas. Mañana Le Pen también esta convocada a la cita de la democracia y del respeto a las reglas del juego.
Si bien "los de aqui" esta semana han vuelto a perder la oportunidad de denunciar el fanatismo conjuntamente con las demás fuerzas políticas y no pueden esperar que acudamos a sus citas reivindicativas, los radicales franceses de Le pen tienen una oportunidad de sumarse a la "legalidad, igualdad y fraternidad" francesa junto con el resto de fuerzas que apoyan la democracia en la República vecina.