El Putin ruso no es comunista ni por asomo, y la América grande de Trump no es tampoco aquel país de las libertades del que tanto presumían.
Va camino de convertirse en una autocracia que impone la voluntad del presidente sobre todo, incluso sobre la justicia.
Ambos, Putin y Trump, son grandes colegas desde hace años, como hemos repetido algunos reiteradamente.
Y sus intereses no se dirigen prioritariamente al bienestar de sus ciudadanos.

miércoles, 28 de enero de 2015

Pactos ... a la griega. Mal rollo.

El país de la cuna de la democracia, con un gobierno que  "vende esperanza", de la de verdad, no la madrileña, que ha conseguido tanto apoyo popular, ha comenzado con dos decisiones que, inicialmente me sorprende, y que claramente lamento.

El pacto con la derecha recalcitrante, que le impedirá cumplir algunas de las promesas electorales, y la formación de un gobierno exclusivamente masculino no me han gustado nada, nada, nada. A estas alturas de la vida, no se puede hablar de Democracia sin mujeres