Los capitalistas han llegado a un punto tras dos siglos de gobierno en que no tienen ningún atisbo o resquicio de escrúpulos ni les interesan los derechos humanos. No tienen valores. Sólo les interesan sus negocios, el dinero y poder.
Y si para favorecer sus intereses y negocios o su posición en Oriente Medio, zona rica en petróleo, tienen que hacer tráfico de influencias y dotar de honores a una dictadura asesina que les vende petróleo barato y les ayuda a invadir países, institucionalizándola, lavándole la imagen y poniéndola al frente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, lo hacen.
Todo sea por la pasta y por mantener bien controlada la región para poder seguir expoliando las riquezas naturales de la zona, en especial, el petróleo.
Los derechos humanos les son indiferentes.
Todo sea por la pasta y por mantener bien controlada la región para poder seguir expoliando las riquezas naturales de la zona, en especial, el petróleo.
Los derechos humanos les son indiferentes.