El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

lunes, 14 de septiembre de 2015

«Superar esta brecha social será complicado»

No puedo estar más de acuerdo con mi amiga Teresa, una mujer catalana de origen y vasca de residencia, que ha sido invitada a analizar las elecciones catalanas y toda la problemática que las envuelve en este 27-S y que puede leerse junto con otras opiniones en el periódico de Vocento.

Su piel le trasmite «preocupación» por una sociedad ya dividida y una posible «fractura social difícil de remontar». Aunque respeta todas las ideologías, también la independentista, tiene la sensación de que existe «mucha presión de los nacionalistas, no tanto ideológica, sino psicológica y emocional».

No sabe qué ocurrirá tras las votaciones, pero sí es firme al afirmar que «podía haber sido evitable si el verdadero problema que existe en Cataluña es el de la fiscalidad, y entiendo que haya un agravio comparativo con Navarra o el País Vasco, con cupos que, sin embargo, Pujol rechazó en su momento». Por ello, estima que «de no haber recurrido el PP el Estatut durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se hubieran alcanzado una reforma de la fiscalidad y acuerdos distintos».

En su opinión ésa es sólo una causa. Otra podría estribar en los perfiles psicológicos tanto de Rajoy como de Mas. «Esa personalidad tan narcisista» del catalán y «la pétrea» del gallego, «de que yo soy inmune a todo lo que pasa a mi alrededor y pongo la directa y tiro para adelante». Ahora, «el proceso ha llegado a un punto en el que nadie se puede echar atrás».

La consecuencia es «el daño causado a la sociedad catalana, porque superar esa brecha social que se ha abierto será complicado», con discursos que son ya «un memorial de agravios» que va penetrando en todas las capas.

¿Y el después del 27-S? Teresa se lo pregunta también, porque «los jubilados tienen que seguir cobrando las pensiones, los hospitales tienen que estar abiertos...».

Mientras en Euskadi, según la funcionaria, que también llegó al País Vasco enamorada, «ya se ha pasado esta enfermedad con Ibarretxe, aunque con menos fiebre. El nuevo lehendakari seguramente va a buscar otra vía, más de diálogo... Con un poco más de cuidado para no romper todos los platos».