en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

miércoles, 24 de febrero de 2021

El 23-F nos acojonaron.
Fue el 24-F cuando celebramos el fracaso oficial de los golpistas.

Siempre lo he sospechado pero parece que tengo razón.
Somos un país rarito, no me digáis que no.
Ayer, por ejemplo, celebramos el 40 aniversario del 23-F,
cuando lo que teníamos que haber celebrado es
la desactivación del golpe de Estado
,
que fue precisamente el día después.
O sea, tal día como hoy.

Es como si nuestras autoridades, con esta equívoca fecha, pretendieran rendir homenaje equidistante a los golpistas y a los golpeados.

En Francia, por ejemplo, no se celebra el día en que los nazis entraron en París, sino la fecha en que la ciudad de Baudelaire fue liberada. Estos gabachos no tienen ni puta idea.

Otra de las simpáticas peculiaridades que ha rodeado esta celebración del 23-F, es que celebramos algo que no conocemos, pues una todavía vigente ley franquista de 1968 permite que la documentación oficial sobre aquel día bigotero y tricornial permanezca secreta. 

El pueblo español aun no goza del derecho a conocer lo que sucedió en aquellas calendas. Nuestra cacareada democracia plena solo se puede mantener caliente bajo el confortable manto de la ignorancia. 

Por aquel 23-F solo fueron enjuiciadas 30 personas, 29 militares y un solo civil. Y, al rato, todos menos el montaraz Antonio Tejero fueron indultados o puestos en libertad por patrióticas razones.

España siempre ha sido siempre muy indulgente con sus golpistas
... de uniforme. 
Ya he insinuado que en lo de ser especialitos no nos gana nadie.

Tampoco deja de ser curioso que el héroe oficial de aquella jornada que ayer celebrábamos, ese Juan Carlos Primero del que usted me habla, haya pasado la gloriosa onomástica exiliado de Abu Dabi, quizá sufriendo todo tipo de privaciones.