«No nos conocemos personalmente, así que puede servir para eso, pero poquito más», apuntó el portavoz del PNV en el Congreso.
Pues ahora, ni para eso.
Eso de querer reunirse con los presidentes autonómicos, incluido el lehendakari, y con todos los grupos parlamentarios ha quedado en casi "na". Lleva un mes haciendo el ridículo.
Eso demuestra cómo se ha ido apagando la llama de su investidura y cómo Génova anticipa ya el fracaso de su candidato y se centra en dar la batalla contra la "amnistía" que Carles Puigdemont exige a Sánchez.
Hablar hasta con el diablo, sí,
pero depende cuando y cómo.
Y ahora es el momento de dejarle claro que mientras esté
con la extrema derecha ... "na de na".
Y el PNV ni debe hacerle creer que todavía tiene posibilidades
ni debería dejarse fotografiar con ellos.
