Esa ha sido la respuesta del presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Eso se puede interpretar, ya que vetó el miércoles una medida para extender un popular programa de cuidado de salud infantil, lanzando la primera de una serie de batallas con los demócratas sobre el gasto fiscal.
Esta ley habría dado 35.000 millones de dólares durante cinco años para el programa de salud y se habrían aumentado los impuestos sobre el tabaco para solventar el gasto en salud. La noticia lo dice todo y poco queda para comentar.