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Y ha puesto un ejemplo bien claro, que a mí me ha recordado al cuento de los tres cerditos, y ha comentado que podemos gastar todo el hormigón en levantar la casa en altura, y podremos pensar que tenemos un país libre porque la casa crece en altura, pero la clave será la cimentación. Y la cimentación de un pueblo, de un país, es el acuerdo sobre sus bases. Por eso tenemos que reivindicar sin complejos los acuerdos entre diferentes y los acuerdos transversales. Porque son los que cimientan un país de verdad. Si lo hacemos así, Euskadi, nuestra casa, será sólida, y si no, la aventura durará lo que quiera el lobo.
A los que se ríen de la transversalidad se les caerá la casa y el país al primer vendaval. Y los que quieran entender que entiendan, y los que no, que sigan apostando por mayorías del 51%.