José María Pou se pone en la piel del capitán Ahab, uno de los grandes personajes de la literatura universal, para relatar la obsesión de este viejo lobo de mar con la gran ballena blanca.
El montaje de Moby Dick, dirigido por Andrés Lima, ofrece una revisión de uno de los clásicos de Herman Melville bajo la mirada de Juan Cavestany.
La pieza es una fascinante metáfora de la lucha del hombre contra sí mismo y la naturaleza, presentada en una depurada puesta en escena.
El capitán Ahab evidencia la obsesión humana que va más allá de la razón, capaz de consumir la voluntad y eliminar cualquier elemento bondadoso del alma.
Ahora bien, una novela de aventuras para jóvenes lectores la han convertido en un tratado filosófico. Quizás, un poco excesivo.
Ahora bien, una novela de aventuras para jóvenes lectores la han convertido en un tratado filosófico. Quizás, un poco excesivo.