Con dicha negativa no sólo se podrían perder importantes aportaciones económicas e inversiones en infraestructuras para Catalunya sino que, además, se podría abrir la puerta a que el presidente Sánchez se viera obligado políticamente a convocar elecciones generales y, en ese escenario, un posible triunfo del PP y de Ciudadanos –que no es descartable– resultaría perjudicial, por motivos obvios, para las aspiraciones soberanistas de ERC y del PDECat.
Por todo ello, por tanto, como hemos dicho, el independentismo tiene difícil justificar un rechazo a los presupuestos del presidente Sánchez.